lunes, 30 de junio de 2008

Soneto XIII




" A Dafne ya los brazos le crecían,

y en luengos ramos vueltos se mostraban;

en verdes hojas vi que se tornaban

los cabellos que al oro escurecían.

De áspera corteza se cubrían

los tiernos miembros, que aún bullendo estaban;

los blandos pies en tierra se hincaban,

y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño,

a fuerza de llorar, crecer hacía

el árbol que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado, oh mal tamaño!

¡Que con lloralla cresca cada día

la causa y la razón por que lloraba!

-Garcilaso de la Vega (1501-1536)

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