Debes amar la arcilla que va en tus manos,
debes amar su arena hasta la locura,
y si no, no la emprendas que será en vano;
sólo el amor alumbra lo que perdura,
sólo el amor convierte en milagro el barro.
Debes amar el tiempo de los intentos,
debes amar la hora que nunca brilla,
y si no, no pretendas tocar lo cierto;
sólo el amor engendra la maravilla,
sólo el amor consigue encender lo muerto,
sólo el amor alumbra lo que perdura,
sólo el amor convierte en milagro el barro.
José Martí - La Habana (1835-1895)
Lo prometido es deuda:
1 comentario:
que manera mas sublime de decir las cosas, precioso de todo punto de vista.
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